Hay algunos gatos que les gusta el agua, pero la gran mayoría lo evita como la peste.
Esto probablemente se debe a que los ancestros de los gatos, que vivían en los desiertos, tampoco tenían mucha experiencia con el agua. Estudios genéticos llevados a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer muestran que los parientes más cercanos de los gatos domésticos son los gatos salvajes de África y Europa y el gato del Desierto Chino.
Desde que los humanos empezaron a domesticar gatos -las pruebas más antiguas son de hace 9.500 años en Chipre- los propietarios de gatos les han protegido de la rudeza de los elementos. "Los gatos no han evolucionado para relacionarse mucho con el agua", asegura Katherine Houpt, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cornell.
![](https://static.wixstatic.com/media/9fd724_ae3c4d957861487a80546c1ddc377392~mv2.jpg/v1/fill/w_640,h_425,al_c,q_80,enc_auto/9fd724_ae3c4d957861487a80546c1ddc377392~mv2.jpg)
Pero hay otra sencilla explicación…
Aunque los gatos domésticos son capaces de nadar, la mayoría de ellos no les gusta entrar al agua, porque el constante movimiento a la hora de nadar les resulta fastidioso, absorbente, frustrante, y bastante agotador. Por eso, prefieren estar lo más lejos posible del agua.
Los dueños de los gatos también pueden acostumbrarlos al agua bañándolos cuando son cachorros. No obstante, la mayoría de veterinarios no lo recomiendan porque puede secar la piel del gato y eliminar las feromonas esenciales para que se comunique con otros felinos. Además, un gato ya tiene todo lo necesario para mantenerse limpio: su saliva contiene un detergente natural para reducir la grasa y su lengua rugosa limpia la suciedad.
![](https://static.wixstatic.com/media/9fd724_46ef56e8b0a642bf8683290e0fde1e5f~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_568,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/9fd724_46ef56e8b0a642bf8683290e0fde1e5f~mv2.jpg)
Comments